Sabes que pasa en tu cuerpo durante el sexo?...


Tu cuerpo reacciona de diferente forma a las distintas fases del ciclo de la respuesta sexual que el de tu pareja. Es importante que sepas cuáles son esas diferencias, porque eso te da las armas para hacer más intensa tu relación, y podría ayudarte a identificar las señales de cualquier problema sexual que se presente.

Una pareja que se acopla bien en el baile es algo digno de admirar: ambos se mueven al ritmo de la música, dan los pasos adecuados y hasta parece que pueden adivinar y anticipar los movimientos del compañero. Esa compenetración no se improvisa por más aptitudes que se tengan, se perfecciona. Pues bien, la relación amorosa es algo parecido a un baile en el que ambos conocen los pasos y se acoplan a la perfección. Los movimientos no tienen que ser idénticos, sólo hay que saber cuándo esperar o cuando acelerar, o dejarse llevar… todo en el momento debido.

Como las sinfonías, el ciclo sexual tiene sus etapas o fases. ¿Sabes cuáles son? Son exactamente cuatro: la excitación, el plateau (meseta), el orgasmo y la resolución. Tanto los hombres como las mujeres experimentan estas fases, pero a un ritmo diferente, por eso no siempre alcanzan el orgasmo a la misma vez). La intensidad y el tiempo de la respuesta varía según la persona, y el conocer esas diferencias te ayuda a comprender mejor las reacciones de tu cuerpo y el de tu pareja, y a intensificar la experiencia sexual. Por lo general el ciclo completo en la mujer dura unos 15 minutos, mientras que el hombre puede llegar al orgasmo mucho más rápidamente, entre 3 y 5 minutos. Por eso no hay que desesperarse ni pensar que no se está haciendo algo de forma adecuada si la pareja no puede alcanzar el orgasmo al mismo tiempo.

La fase 1: excitación. Esta fase puede durar desde algunos minutos hasta varias horas. Sus características:
Se aumenta la tensión muscular.
Se acelera el ritmo del corazón y la respiración.
Aparece rubor (enrojecimiento) en la piel, en forma de manchas rojas en el pecho y en la espalda.
Los pezones de endurecen o se ponen erectos.
Se incrementa el flujo de la sangre a los genitales, lo que hace que se hinchen el clítoris y los labios vaginales interiores de la mujer. El útero se eleva, tirando de la vagina y haciéndola más voluminosa. En el hombre se produce la erección del pene, la piel del escroto se tensa y aumenta de grosor, y los testículos se sitúan más arriba del escroto.
Empieza la lubricación vaginal en la mujer.
Los senos de la mujer se vuelven más llenos, y las paredes vaginales empieza a hincharse. Aparece el rubor sexual en los senos.
Los testículos del hombre se hinchan, su escroto se contrae y empieza a segregar un líquido lubricante (este líquido lubricante es parte del semen y contiene espermatozoides. Si la mujer no desea un embarazo, debe protegerse aunque todavía no haya ocurrido la eyaculación).

La fase 2: la meseta (o plateau), es el período entre la excitación inicial hasta el punto del orgasmo. ¿Qué ocurre aquí?
Los cambios que empezaron en la fase anterior se intensifican.
La vagina sigue hinchándose, debido al incremento del flujo de la sangre, y las paredes vaginales toman un tono rojo oscuro.
El clítoris de la mujer se vuelve muy sensible, hasta el punto de que el contacto puede producirle dolor, y se retrae bajo el capuchón del clítoris para evitar la estimulación directa del pene. El rubor sexual de ambos se difunde al pecho, al abdomen, a la cara, etc.
Los testículos del hombre aumentan de tamaño, la cabeza del pene aumenta de diámetro y el glande intensifica su color. Se produce la emisión (la salida) del líquido seminal.
La respiración, el ritmo del corazón y la presión arterial siguen aumentando.
Se aumenta la tensión muscular, y los espasmos musculares pueden empezar en los pies, en la cara y en las manos.

La fase 3: el orgasmo o el clímax del ciclo sexual. Es la fase más corta, y por lo regular dura sólo unos segundos. Sus características son:
Empiezan las contracciones musculares involuntarias. En la mujer, se producen contracciones rítmicas de la vagina. El útero se contrae al mismo ritmo de las contracciones vaginales. En los hombres, las contracciones rítmicas de la próstata y del pene se producen más rápidamente, y resultan en la eyaculación del semen. Van decreciendo en intensidad y en frecuencia después de las primeras emisiones.
La presión arterial, el rimo cardíaco y la frecuencia de la respiración están en su mayor intensidad.
Se producen espasmos musculares en los pies.
Hay una poderosa y repentina liberación de la tensión sexual.
El “rubor sexual” puede aparecer en todo el cuerpo.

La fase 4: resolución.
Durante la resolución, desaparecen los espasmos musculares, y el cuerpo regresa lentamente a su nivel de funcionamiento normal. Las partes que se hincharon o que tuvieron erección vuelven a su tamaño y a su color previos.
En las mujeres desparecen el rubor y la hinchazón de los pezones y de los senos, y el clítoris recupera su posición. En los hombres, luego de la eyaculación, la erección desaparece progresivamente. El rubor desaparece inmediatamente después del orgasmo.
El esfuerzo anterior deja cubiertos de sudor a los dos miembros de la pareja.
Algunas mujeres, si reciben en este momento más estímulo sexual, pueden regresar con rapidez a la fase del orgasmo y pueden experimentar orgasmos múltiples. Los hombres necesitan un tiempo de recuperación después del orgasmo, llamado “período refractario”, durante el cual no pueden llegar de nuevo al orgasmo. La duración de este período varía de un hombre a otro, y generalmente se alarga con la edad.
Esta fase se caracteriza por una sensación de bienestar, de intimidad más estrecha entre los dos y a menudo fatiga.

A grandes rasgos, esas son las cuatro etapas del ciclo de respuesta sexual que, explicadas así suenan un poco mecánicas, pero qué son diferentes en la realidad. Usa esta información para identificar esas señales en ti y en tu pareja en el próximo encuentro para que puedas disfrutar ese “baile” que sin duda será mucho más hermoso y gratificante cuando hay amor y deseos de complacerse mutuamente.