El Ritual de Bañarnos juntas...

Existen muchas maneras de compartir y reforzar la intimidad en la pareja; cada día posee varios momentos que ofrecen el escenario perfecto para la complicidad de los amantes y el baño es uno de ellos. Hoy hablaremos de la importancia de aprovechar este ritual de higiene para disfrutarse mutuamente.

¡Qué rico es comenzar la mañana con un buen baño! Y si lo hace con su ‘media naranja’, ¡mejor!
A diario tenemos una cita con la higiene a través del regaderazo, el baño de tina o de jacuzzi. Cada uno sabe dónde y cómo se ducha.
El baño siempre ha sido un acto privado, un ritual al que le se le destina mayor o menor tiempo según lo permitan las preferencias y ocupaciones individuales. Pero más allá de su relevancia para la higiene, los minutos destinados al aseo pueden ser un espacio ideal para pasar un momento de calidad con el ser amado.
Todas las parejas están invitadas a incluir la convivencia en el baño diario. Es una oportunidad de ver y recrearse con el cuerpo de su compañero. Frotar la espalda puede ser tanto relajante como excitante. La piel al ser enjabonada libera células muertas, dejando la epidermis más sensible al tacto. Para algunos, este simple acto detona el deseo; en otros provoca ganas de jugar como en la infancia, aprovechando los chorros de agua fría y caliente.SIN PENA

Hay gente que afirma: “Me da vergüenza decirle que nos bañemos”. Este argumento tiene relación con el pudor de dejar ver el cuerpo desnudo, tal vez sucio y exponerlo a la vista del compañero. Para quien tiene una baja autoestima y se considera poseedor de una anatomía desfavorecida, ocultarse a la vista del otro será el recurso más frecuente. Pero quien no ha visitado la regadera o la tina con su pareja, se pierde de algo maravilloso.
Cada uno necesita hacerse dos preguntas sobre su atractivo sexual: ¿mi compañero disfruta conmigo? ¿Quiere estar junto a mí por voluntad propia? Si las respuestas son afirmativas, entonces ¿por qué no dejar que le enjabone la espalda, las piernas o cualquier otra sección de su anatomía?
Es preciso poner en claro que un buen baño matutino puede convertirse en el disparador de energía para enfrentar la demandante actividad que vendrá durante el día. Compartirlo con quien se ama puede marcar la diferencia en la actitud con la que se salga a la calle o al trabajo. A mayor diversión, juego, algarabía o pasión, más satisfacción reflejará el semblante que mostremos a los demás.
El baño mutuo también puede realizarse al volver del trabajo. De ser así, puede aprovecharse igualmente para platicar sobre la jornada, al mismo tiempo que caen los chorros de agua sobre el cuerpo.BENEFICIOS COMPARTIDOS

Por lo general los cuartos de baño de cualquier casa cuentan con buena iluminación, lo cual permite a la pareja ver cada pliegue de piel de su compañero, asearle rápida o lentamente (de acuerdo a la premura que tengan) y percatarse mediante el tacto de la tersura, aspereza, tono muscular, dureza o blandura de sus partes.
Los genitales merecen especial atención: enjabonar no quiere decir restregar, sino más bien acariciar limpiando. No existe un par de amantes en el mundo que no goce a plenitud esta acción. Lavar cada rincón íntimo de su ‘otra mitad’ no sólo le dejará pulcro, también le ofrecerá la oportunidad de relajarse y disfrutarlo. ¡Cuidado con ponerse tenso, déjese hacer y saboree el instante!
El acicalamiento recíproco no es una conducta exclusiva de los humanos; los primates lo hacen y vaya que se entretienen, hasta se pelean entre sí para ver quién es el primero en espulgar al otro. Los humanos no necesitamos ir tan lejos. Basta con que aprovechemos el instante de la higiene para convivir, intercambiar palabras, sonrisas, estímulos positivos y nutrirnos emocionalmente.

Por otro lado, debe remarcarse que el amor en la pareja no es algo para ocultar, por ello es importante que los esposos no se escondan para compartir la ducha. Los hijos de un matrimonio bien avenido saben que sus padres tienen una vida sexual. Delimitar el baño del dormitorio como parte de su territorio privado es básico para que no haya interrupciones. El matrimonio que acepta su sexualidad, la ve con naturalidad y trasmite a los hijos seguridad y aceptación en este aspecto, lo que facilita la comunicación para promover una visión sana de la sexualidad.SEXO Y MÁS
El baño mutuo previo a un encuentro amatorio es requisito dentro de la etiqueta sexual del libro más antiguo del arte amatorio, el Kama Sutra. En esta guía se condiciona la ducha lenta, prolongada y sin coito a fin de relajar y conocer al amante.
En el mismo texto se habla del aseo recíproco como una experiencia indispensable para prodigarse caricias sin límite. No es un acto rápido ni exclusivo para la higiene sino un ritual que facilita a los dedos de los cónyuges tocar en todas las formas posibles cada rincón del cuerpo del compañero.
Bañarse juntos no siempre tiene que culminar con el coito, dependerá mucho del deseo de ambos. Pero sin duda es una excelente oportunidad para entregarse al placer. Después de todo, de las caricias que las parejas pueden prodigarse el coito es la reina, la que ofrece una mayor gama de sensaciones. Es el propósito final de los amantes y una vez alcanzado el clímax, brota en su interior nueva sed y hambre.INTIMIDAD AL MÁXIMO
Comer, dormir y bañarse son acciones vitales que, si se comparten, tienen en común facilitar el contacto auténtico, profundo. Pueden parecer actividades simples, pero el peso que tienen en la unión de la pareja es trascendental. Darse tiempo de calidad para disfrutarlas intercambiando palabras, miradas, caricias, contribuye a que los esposos o novios busquen con ansia esos momentos.
El baño les convierte en cómplices del amor y la pasión. Lavar con la espuma jabonosa el cuerpo del otro, usar la esponja o el agua sobre la piel ajena, hacen de esta experiencia por demás divertida, cachonda, única, exclusiva para dos. ¡Qué placer tan sublime en algo tan sencillo! Algo tan a la mano no debe dejarse de lado. Dese la oportunidad.

Téngalo siempre presente: el ritual del baño diario no tiene porque significar solamente aseo; puede convertirse en un lugar de encuentro entre los amantes, donde las palabras convivan con la risa, las caricias, la ternura y la sensación de sentirse acompañado por la persona elegida. Hoy es el único y mejor día para dar inicio a esta práctica en pareja.

1. Acudan juntos a una tienda de productos para adultos y pidan que les muestren la variedad de jabones, fragancias y lociones para baño corporal y masaje.

2. Elijan al menos dos opciones diferentes de esos productos, ya que van a experimentar y necesitan definir aquellos que consideren les pueden proporcionar las mejores sensaciones.

3. Pidan asesoría a su sexólogo de cabecera. Les ofrecerá alternativas de uso de estos y otros productos, pues algunos tienen fines de relajación y otros llevan la intención de prepararlos para un encuentro sexual.

4. No lo piensen más y báñense juntos. El baño mutuo puede ser un previo fantástico al coito, de tal forma que al concluirlo sus rostros muestren una sonrisa inocultable y unas ganas enormes de comerse al mundo.

5. Si quieren seguir disfrutando, repitan el paso número cuatro.