El amor raramente funciona de la manera en que deseamos que fuese. Usualmente tenemos nociones poco realistas acerca del amor y del matrimonio que pocas veces coinciden con la realidad.
Por ejemplo, estar “locamente enamorado” de una persona no es suficiente para hacer que un matrimonio perdure. El amor romántico, apasionado o el tipo de amor que rige en un principio nuestra toma de decisiones en una relación, siempre se desvanece.
Y cuando eso sucede las personas se dan cuenta que están atrapados con una esposa u esposo que no quieren o que ni siquiera aprecian. El amor por si solo muchas veces no es suficiente para hacer funcionar una relación.
Por otra parte, aunque la mayoría de las personas creen en la “monogamia”, esta creencia es a traicionada, a menudo, por los propios pensamientos y acciones. Casi todas las personas en algún momento piensan en tener relaciones sexuales con otra persona que no es su pareja. Para muchos estas fantasías se convierten en realidad.
Por otra parte, a pesar de que las relaciones románticas son vistas como la fuente de la más grande felicidad, amor y comprensión, cuando llegan a su fin, dicha relación puede llegar a convertirse en la fuente de la experiencia emocional más dolorosa de nuestras vidas.
Los cónyuges tienden a ser más indiferentes, crueles y críticos entre ellos de lo que cualquier extraño se atrevería a ser. Así pues, las relaciones que supuestamente están basadas en el amor y la comprensión, muchas veces causan grandes dolores y malentendidos.
Ahora, tomando en cuenta todo esto, es posible decir que muchas veces la fantasía, no la realidad, tiende a ser algo bastante común en el amor y el romance.