Ayer me asomé a la ventana y en la casa de en frente vi a dos mujeres en la cama, desnudas, abrazándose.
Se cojían de tal forma que sentí un escalfrío que me recorrió toda la espalda, un calor passional me envolvió todo el cuerpo y sentí que el perfume del amor que sus pieles desprendian envolvía las calles.
La suavidad con la que una tocaba a la otra hizo que inconscientemente me llevara la mano debajo del ombligo...
Al ver su beso un cosquilleo me subió por la barriga y oí el gemido que sin querer salió de mi boca. Dándome cuenta de la situación, me di la vuelta y observe aliviada a mi prometido en su sueño profundo.
Hoy llevo todo el dia pensando en la cantidad de amor que las mujeres podemos dar; los sentimientos que sentimos embriagan el aire y seducen el ambiente, el calor que creamos hace que el sol pierda el sentido de vivir, y de noche la luna nos representa con su forma redonda como nuestra barriga al ver crecer una vida en nuestro interior.
Nuestra vida depende de la necesidad sentimental que los hombres nunca llegaran a comprender ni a satisfacer como nosotras mismas, unas a las otras.
Escribo todo esto porque una vez, una mujer me besó y me sentí mal, poprque no era correcto, pero fue el único beso que me marcó la vida, y si no hubiese sido tan inmadura y no me hubiera dejado llevar por la sociedad que me rodeaba ni las apariencias, ahora sería feliz el dia de mi boda...[...] rodeaba ni las apariencias, ahora sería feliz el dia de mi boda...[...]
Cortesia de: Margarite@