Cuando las manos y los dedos importan...


Podría decir que es un mito urbano, pero realmente me avoqué a la búsqueda en internet sobre el tema “manos de lesbianas” y encontré una serie de páginas que ligan a artículos basados en estudios científicos donde se estipula que anatómicamente se puede distinguir a una lesbiana sólo con ver el largo de sus dedos. Y como yo soy una fiel seguidora de “la interneeee” pss le creo al Dios virtual y a su libro de sabiduría Google.

Según estudios realizados en San Francisco -ciudad que es para la comunidad LGBTIQ, como Israel para los judíos- se pudo comprobar que las mujeres heterosexuales tienen el mismo largo de los dedos índice que el dedo anular (los dedos 2 y 4, siendo el dedo gordo el 1) y las mujeres homosexuales tienen el dedo índice mas corto que el dedo anular (índice 2 y anular 4).

Momento de descanso: Les daré unos minutos para que vean sus manos 
y regresen al escrito.

En mi caso en la mano derecha los tengo a la misma distancia y la mano izquierda si los tengo tal cual indica la tendencia de mano “lesbiana”. Supongo que para darle validez al estudio, eso se justifica que soy bisexual jajajajajajaja.
Por otro lado existen muchas teorías/tendencias, más que nada creadas por clichés en películas y televisión, que las manos de lesbianas poseen ciertas características: uñas cortas y sin pintar, normalmente sin anillos ostentosos y manos en los bolsillos. Hasta hace unas semanas yo tenia 3 de esas características, ahora sólo una, la de un anillo discreto. Así que dichas teorías no me convencen. Aunque puedo decirles que solía salir con una chica que con el solo hecho de verla cortarse las uñas me excitaba sobremanera, era como un indicador directo de que estaba ganosa.
A mi me gusta mucho fijarme en las manos, es tal ves un fetiche que tengo por ahí rezagado. Recuerdo el caso del novio de una amiga a quien todo mundo decía que el tipo estaba guapísimo, cuando le conocí dije: "naaa, no es para tanto"; un día sentada en el asiento trasero vi como maniobraba el volante del auto y me llamo mucho la atención sus dedos, unas manos que aún de recordarlas me chorreo. Efectivamente, unas manos para una buena "dedeada" era lo que mi imaginación aclamaba.
Hace poco me reuní con algunas chicas y todas ellas lesbianas o bisexuales, mi muestreo no era mucho, pero pude notar que tres de ellas tenían manos idénticas –y algún par de chicas también las tenían un poco similar– manos blancas, femeninas, muy suaves, uñas cortas, muy limpias y sin pintar, y no recuerdo haberles visto anillos. La cuarta chica las tenia distintas, manos grandes pero muy femeninas, dedos fuertes y largos, uñas con un ligero largo, pintadas con un francés, limpias y con movimientos que seducían al hablar.
Mis manos también son distintas a las de la muestra, tengo dedos largos, delgados, se ven fuertes pero las palmas son suaves, los nudillos se notan un poco, y las venas en algunos casos se pueden saltar, me gustan mis manos, a diferencia que ahora uso mis uñas con un ligero largo y las he pintado; a no ser por ese nuevo pequeño detalle, mis manos se pudieran confundir con las de un adolescente.
Si tuviera que comparar mis manos con las de alguien para que se den una idea, se parecen mucho a las de Shane, pero creo que a una escala menor en dimensión (ojo! sólo me parezco en las manos, no se emocionen que lejos estoy de parecerme a ella físicamente). Antes de desviarme más del tema, retomo y continúo.
Si nos basamos en los estudios y la pequeña muestra de manos féminas lesbianas donde hice mi comparación, puedo afirmar que estarían tan perdidas como lo estoy yo en detectar lesbos por estos métodos; en cambio si siguen mi intuición para la observación y asunción basados en la experiencia:
Las manos lesbianas para mi son aquellas que anatómicamente tienen la dimensión ideal para llenarme, la movilidad necesaria para complacerme, la suavidad requerida para acariciarme, la feminidad justa para seducirme y la fuerza básica para hacerme sentir protegida. Y solo me puedo percatar de ello observando atentamente y dando un buen saludo de mano; que al final sellaría la congenialidad entre la chica en cuestión, provocando en mi una explosión de hormonas que afloraría por mis poros, enviando esas señales que solo una lesbiana podría detectar. 

Si nuestras coquetas miradas se cruzan y firmamos con una sonrisa, ¡Ya estas!¡Felicidades! Encontraste una lesbiana por sus manos.