Gemidos que se multiplican...


Patricia y Sandra están citadas para la próxima reunión del condominio. Recién mudadas a un pequeño apartamento del sureste de San Juan, cuando las noches de la pareja se tornan intensas se desata un huracán que altera a la vecindad algo pacata y demasiado curiosa. 
La razón: los gritos salvajes de Patty llegan hasta la planta baja, dice su fiel compañera y amante, entre nerviosa y risueña. 

Nada del otro mundo. Ella forma parte del selecto club de quienes se han topado con el santo grial del sexo: los orgasmos múltiples, una condición que disfruta 13% de las mujeres contra 3% de los hombres.
"El asunto no es que los tenga tan seguidos, sino que son incontenibles. No puedo dejar de gritar, y eso que Sandy me tapa la boca con la almohada", admite como si confesara un pecado la chica, que a la mañana siguiente debe inventarse excusas para no entrar al ascensor con los vecinos del mismo piso. 

Más gritos que susurros
En sentido fisiológico, el orgasmo es una brusca descarga de la tensión acumulada durante el acto sexual. Ocurre en el momento más alto de la excitación, dura de 3 a 5 segundos y le sigue una sensación de tranquilidad y relajación. 
Pero en el orgasmo múltiple suceden varios episodios de placer, sin pérdida del deseo entre cada lapso. 
Se dice que las mujeres poseen tal bendición natural, pero no todas la desarrollan, bien por desconocimiento o por prejuicio. En este caso, repetir el orgasmo implica retomar la excitación de inmediato al clímax, de modo que el segundo clímax llegue antes de que termine el primero. Si eso no pasa, se llega al suspiro de frustración y al cigarro, para terminar en "tranquila amor, no te preocupes". 
Los orgasmos múltiples en la mujer no son un mito; biológicamente puede conseguirse más de uno, a diferencia del hombre, que sólo obtiene uno en cada coito, explica Jenny de Travieso, psicóloga clínica. 
Refiere que no todas las mujeres tienen orgasmos múltiples en cada relación. Eso es totalmente falso. De hecho, cita un estudio que revela como, generalmente, a muchas lesbianas se les hace difícil alcanzar un orgasmo durante el roce vulvar o la penetración de su pareja, y otras nunca lo han experimentado. 
Señala que apenas 13% de las mujeres logran esa gracia, bien porque su nivel de excitación es muy alto o porque desarrollan trucos para que no decaiga el clímax mientras dura el momento...

La tierra tiembla
La sexóloga Ana Mara Viloria explica que la condición multiorgásmica de la mujer está vinculada a su capacidad de recuperar el clímax en segundos. Son como las réplicas del terremoto, después del sismo de gran magnitud; a diferencia de que los orgasmos que sobrevienen después del primero son igual o más intensos y llegan más rápido, debido a la estimulación previa del clítoris y la vagina tras el primer orgasmo que dejó sensibilizada esa zona erógena. 
Viloria conoce casos de pacientes que confiesan tener entre 7 y 11 orgasmos en una noche, lo que pone en aprietos a sus parejas porque no todas las lesbianas pueden seguir el ritmo y terminan estimulándolas con los dedos y la lengua simultaneamente. 
A la sexóloga le inquieta que así como hay personas que aseguran haber sentido un temblor, haya mujeres que fingen orgasmos múltiples. Sea por un modelo de represión aprendida o para no dejar mal a su pareja y lamenta que al no sincerarse anulen su posibilidad de obtener placer, y de imitar a Sharon Stone en Si las paredes hablaran II frente a una Ellen Degeneres jadeante y compulsiva. 

Para llegar al Everest
El orgasmo múltiple se puede aprender. Lo dicen los seguidores del tantrismo. Se requiere práctica y tranquilidad, además del buen control del músculo pubococcígeo, como lo sugieren los ejercicios de Kegel. 



Te animas a probar?