Ser Gay es solo una parte de mi...

“Ser o no ser” es el dilema que tarde o temprano se presenta a toda persona gay. 
“Salir del clóset” o asumirse abiertamente como lesbiana, gay o bisexual es un proceso que cada quien vive a su manera. En este texto, un chavo de 17 años platica cómo le hizo y recomienda algunas estrategias a quienes aún no se deciden. 
 Por Alexander Onish



Siempre me sentí distinto a los demás niños. Tenía muchos amigos, jugaba deportes —todo lo que suele hacer un niño. Pero algo era diferente. Cuando tuve 12 o 13 años comencé a darme cuenta de que me atraían otros chavos. Me excitaba pensar sexualmente en mis amigos y compañeros. Besar a una niña me parecía lo menos excitante. Vacilé mucho en ponerme etiquetas, pues temía quedarme eternamente “diferente”. En los noticieros y en la escuela oí hablar de crímenes de odio contra homosexuales y lesbianas por lo que me dio miedo. Mis compañeros siempre utilizaron –y utilizan— términos como “puto” o “marica”. Ser gay me parecía algo muy negativo. No quería verme marginado o que se burlaran de mí. Más adelante me di cuenta de lo difícil que sería esconderle mis sentimientos a mis amigos y a mi familia, y de manera especial a cualquier muchacho que me gustara. Después me entusiasmé mucho con un chico y no tuve a nadie con quien hablar o comentarlo. Decidí entonces que ya era tiempo de salir del clóset.

La primera vez
Recuerdo lo asustado que estuve la primera vez que le confesé a alguien que yo era gay, pero a medida que se lo fui diciendo a más y más personas, todo el proceso se volvió menos angustiante. El Internet fue muy útil. En línea le dije a mi amiga más cercana, Jessica, que tenía algo importante que decirle. Luego de morderme los labios y darle el clic al ratón, ya estaba hecho. Sabía que ella sería buena onda porque ya conocía a gente gay. Cuando finalizó todo me sentí verdaderamente bien de poder expresarlo.
El único problema a la vista era decírselo a mis padres. Preferí dejarlos en la oscuridad. Me escabullía para encontrarme con otros chavos mintiéndole a mis padres sobre adónde iba. Mis papás tienen amigos gay, y yo sé de algunos miembros de mi familia que también lo son, pero no sabía cómo reaccionarían al saber que su propio hijo era gay. Un día decidí que ya estaba harto, así que primero senté a mi madre y directamente se lo solté. Me dijo que ella y mi padre ya lo sabían, pero no estaban seguros.

Mis padres estaban dispuestos a aceptar mi sexualidad porque soy su hijo. Tuve mucha suerte, porque conozco a chavos gay cuyos padres reaccionaron de manera muy extraña. Algunos hasta los han corrido de sus casas, insultado, e incluso agredido físicamente. 
Ahora todo está bien. Mis amigos y mi familia aceptan mi sexualidad y vivo mi estilo de vida abiertamente. Ya no me siento incómodo cuando la gente me pregunta si soy gay y tampoco me siento diferente. Ser gay es simplemente parte de lo que soy, pero no es todo lo que soy. No conté con apoyo en el proceso de salir del clóset, pero ahora formo parte de la organización Alianza Gay-Buga de mi preparatoria, y desde ahí promovemos la diversidad y la tolerancia en el ámbito escolar. 

¿ Por que salir del clóset?
Además del alivio que representa, hay muchas otras razones para salir del clóset: dejar atrás los secretos, hablar abiertamente del tema con amigos y familiares, eliminar el miedo de que te “descubran”, liberarse de la presión de tener que relacionarse sexualmente con alguien del sexo opuesto, y por supuesto, besar a ese hermoso chico o chica a quien le has puesto el ojo encima, claro, si él o ella está de acuerdo.
“ Salir del clóset hace que las y los adolescentes se sientan mejor, porque también se sienten honestos y sinceros consigo mismos”, dice Amy Kobeta, vocera de la organización civil estadounidense Padres, Familias y Amigos de Lesbianas y Gays (PFLAG), de Washington, DC. Pero también dice que los adolescentes se enfrentan a problemas diferentes a los de los adultos en el proceso de salir del clóset: “Los adolescentes son legalmente menores de edad y dependen física y económicamente de sus padres o tutores. Por ello es necesario que puedan imaginar o predecir cómo van a reaccionar sus familias y planear qué hacer en caso de que no respondan bien”. Así que si tú eres un o una adolescente que desea salir del clóset, busca a otras personas que puedan ayudarte. Puedes hablar al servicio de ayuda de una organización gay o a un amigo en quien confíes. También puedes dirigirte a un grupo de apoyo. 

Consiguiendo apoyo 
Aquí tienes una lista de consejos para salir bien del clóset: 

1. Antes de hacerlo piensa qué tan a gusto te sientes contigo mismo/a. ¿Estás dispuesto/a a platicar acerca de tu orientación sexual? 

2. Presta atención a los comentarios y a las conversaciones de la gente a tu alrededor. De algún modo sus palabras revelan lo que sienten acerca de la homosexualidad. Pero recuerda que esos sentimientos pueden cambiar al revelarles tu verdadera orientación. Su reacción puede ser entonces más negativa o más positiva. 

3. Por lo general es más seguro decírselo a una sola persona a la vez. La gente está menos dispuesta a proteger lo que dice cuando está a solas contigo. 

4. No salgas del clóset presentando a las personas a tu novio o novia. Esto obliga a tener que aceptar dos cosas a la vez. Primero revela que eres gay y sólo después que estás saliendo con alguien. Es más fácil para la gente asimilar información nueva en dosis pequeñas, particularmente si no están muy familiarizadas con la homosexualidad. 

5. Prepárate a enfrentar preguntas tal vez ofensivas. La gente puede preguntar cosas como “¿acaso Dios no odia a los raritos?” o “todos los gays acaban siempre abusando de los menores”. No dejes que esto te haga enojar. Recuerda que los prejuicios están aún muy extendidos y todavía hay mucho que aprender acerca de la homosexualidad. Proporciónales la información que puedas –un libro o un folleto-, o información de organizaciones que eduquen sobre la homosexualidad. 

6. Prepárate. A algunas gentes les escandalizará o les confundirá tu revelación. Recuérdales que tú sigues siendo la misma persona de siempre. Sólo estás compartiendo algo más acerca de ti. Habrá gente que no te apoye mucho cuando salgas del clóset. Y si un amigo tuyo te abandona por completo al revelarle tu orientación sexual, piensa que él o ella no era realmente tu amigo. Busca nuevos amigos que te acepten como eres. 

7. Si tienes miedo de que algo temible o violento pueda suceder al salir del clóset, eso significa que probablemente no es una buena idea hacerlo ahora. Puedes tal vez esperar hasta estar en un entorno más seguro. 

8. En caso de que las cosas salgan mal con tus padres, es importante tener un plan de resguardo. Si necesitas ayuda extra habla con algún familiar en quien confíes y pídele primero que te ayude en este proceso. 

9. Recuerda, la agresión está siempre fuera de la ley. Si alguien se pone violento o quiere agredirte por tu orientación sexual, denúncialo. Aléjate del peligro, pide ayuda y cuídate