No es fácil ver como concluye el camino de una vida.
Siempre pensamos que pudo haber durado mas, que hay personas que deberían estar por siempre a nuestro lado y que hay momentos así que no le tocan a uno...
No es fácil aceptar que se han ido, que han emprendido el viaje hacia la eternidad y que aunque ya no estén entre nosotros llevan nuestro amor en su corazón por siempre...
En momentos así es mejor hacer silencio, elevar los ojos al cielo en busca de paz para el alma y abrazara los seres queridos que todavía están junto a nosotros para hacerles saber cuanto los necesitamos y amamos. Y es bueno pensar que ese ser querido que ha dejado este mundo, este donde este, nos sigue amando y necesita nuestro amor, nuestro recuerdo y nuestro regreso a la felicidad.
He abierto de nuevo mi ventana al mundo exterior, necesitaba volverme a reencontrar después de pasar por uno de los momentos mas difíciles en la vida de un hijo.
Estoy de regreso...
